Uno de los mayores logros de la literatura es que nos pone en el pellejo de otros. Nos hace vivir de manera virtual –esta palabrita que hace años está de moda, aunque su aplicación existe desde los orígenes de la narrativa moderna– la experiencia común de otro ser humano: sea hombre, mujer, loco, idealista, héroe, villano, apasionado, ambicioso, sufrido, mártir, cobarde o redentor.
Este es uno de los ángulos más interesantes de la narrativa, particularmente del cuento y de la novela que son primo-hermanos. Se puede descubrir a través de su experiencia aquello que tal vez nunca contemplamos, quedando nosotros, en el mejor de los casos, con una comprensión más elástica del mundo.
Esta, me parece a mi, es una experiencia que, aunque no sea vivencia, vale la pena.
Soy en buena parte el que soy por la suma de lecturas que me conformaron, aunque hay que reconocer que cuando era más joven tenía una mayor permeabilidad para esas experiencias iniciáticas. Ahora sólo me atraen héroes derrotados.
Totalmente de acuerdo. El hecho de ponerse en la piel de unos y de otros hace que algunas veces hasta nos sorprendamos a nosotros mismos.
Y nos enriquezcamos, claro.
Cordiales saludos desde el otro lado del océano.
Hablando de lo virtual, a veces siento que soy el dueño de este blog.
Así como dices, hay palabras que existen antes de existir.
Saludos hermano,
una comprension mas "elastica" del mundo
… Hay caramba! que encerrastes el universo entero en una palabrita.
es por ello que la literatura emerge para crear