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"Cementerio de máquinas de escribir" por Carlos Reusser.
“Cementerio de máquinas de escribir” por Carlos Reusser, reproducida con licencia de C.C.

Hace veinte años que me senté a juntar algunas palabras para ponerlas en este sitio. Era como tirar una botella al mar digital a ver si alguien la recibía y se interesaba en lo que decía adentro. Luego tiré otra botella, y otra botella, y me acostumbré a seguir dejando esos escritos con la idea de que alguien los recibiría.

Qué difícil era publicar cualquier cosa antes de eso. Hacía falta una imprenta.

Yo veía los números de gente que visitaba y la lista de países desde donde venían, aunque en principios nadie decía nada ni en los comentarios ni en privado. Me preguntaba si estaba hablando solo, pero disfrutaba de ejercitar la capacidad de pensar por escrito.

Un día cualquiera me llegó un correo electrónico, y era de alguien de mi país de origen que me contaba un sueño y comentaba sobre uno que yo había compartido meses antes. Pensé: ¡Llegó a otra orilla esta botella! Luego alguien dejó el primer comentario en un escrito — si mal no recuerdo, desde España — y así empezaron conversaciones y amistades que, aunque no sea en estas páginas, se mantienen todavía.

De repente había muchísimos otros blogs.

Llegaban señales de tantos lugares que el mundo parecía empequeñecer. Esta es la lista de los principales puntos de origen de personas que han visitado este blog después de Estados Unidos: Suecia, Rusia, la República Checa, Singapur, Francia, Hong Kong, República Dominicana, España, México, Venezuela, Alemania, Argentina.

Me acostumbré a ese intercambio y mantenía entonces una colección de enlaces de sitios afines. En ellos me enteraba de libros por leer, películas por conocer, historias y tradiciones de las que aprender, y me dejaba fascinar por las experiencias que otros compartían, cada cual desde su rincón virtual. Habitábamos algo así como una aldea digital, de gente con quienes sostenía una conversación abierta (por eso el nombre del blog) sin que nos hubiéramos conocido en persona. Era inevitable que a algunos los llegaría a conocer cuando yo viajaba o ellos viajaban, o cuando se hicieron posible las llamadas por video (es más, hasta resultó que algunas de mis conexiones ya eran mis vecinos de ciudad y nos encontramos por este medio).

Iba muy bien esto de los blogs, pero de mediados a finales de la década de los dos mil llegaron los otros medios sociales con sus algoritmos y arrasaron con todo, y muchos de estos sitios de demasiadas letras se borraron y el número de lectores disminuyó, y ahora todos tenemos perfiles en los medios sociales y somos amigos de todos y de nadie. El internet se volvió cada vez más un lugar de comercio e instituciones (ahora se habla de “monetizar”, o sea de convertir en dinero, la influencia adquirida en otros medios) y eso de intercambiar ideas por el gusto, sin vender o venderse, es una actividad muy rara y poco productiva.

Yo tuve dudas muchas veces de si seguir en esto, pero me animaba el saludo inesperado, los correos que llegaban con ideas y vivencias, las oportunidades de conocer más de cerca a quienes me correspondían.

Hoy vuelvo a este puerto solitario y tiro otra botella al mar para decir que agradezco haber conectado desde cualquier orilla con esos amigos invisibles. Puedo decir que la marea ha sido buena.

Fotografía: “Cementerio de máquinas de escribir” por Carlos Reusser, reproducida con licencia de Creative Commons.

12 comentarios

  1. Anónimo
    Anónimo enero 31, 2025

    estoy leyendo desde que empezaste

  2. Anónimo
    Anónimo enero 31, 2025

    desde Antofagasta olvide decir

  3. Anónimo
    Anónimo febrero 2, 2025

    Hola, yo te sigo desde tus inicios, si busca la fecha, verás que estoy entre los primeros, feliz de leerte y seguir aquí contigo, transitando este hermoso camino que nos trazan las letras, un saludo desde Rep Dom

  4. Anónimo
    Anónimo febrero 2, 2025

    Los tiempos de la blogósfera fueron muy valiosos para mí, tuve la oportunidad de conocer a muchos en NY incluyéndote a ti. Es triste que Twitter, FB e Instagram mataron esa comunidad! Saludos, aquí te dejo unos Plátanos Baratos!

  5. Rieko
    Rieko febrero 2, 2025

    Estoy aprendiendo español en Japón y tengo una lista de blogs que estoy leyendo.

  6. Víctor Manuel Ramos
    Víctor Manuel Ramos febrero 2, 2025

    Gracias por los comentarios y por interesarse en el sitio, desde donde sea que vengan. Sé que para estos últimos años he ofrecido menos, pero me ha sorprendido la constancia de algunos amigos, porque incluso todo un año pasó sin que dijera nada por aquí (estaba ocupadísimo ese segundo año de la pandemia).

    Anónimo 1: Cómo habrá llegado este enlace a Antofagasta, no lo sé, pero desde acá mi saludo.

    Anónimo 2: ¿Serás quien me escribió de aquel sueño que mencioné? A menos que escribas desde mi barrio porque me conocías antes. 🙂

    Anónimo 3: No hay duda de que eres el Baakanit, y mira estaba comiendo mangú cuando me enviaste eso. De acuerdo, que eso fue de lo más interesante, encontrar amigos primero por el pensamiento y luego conocerlos en persona. Me acuerdo bien de nuestro primer encuentro con Sonia en aquel restaurante. Saludos hacia la otra costa.

    Rieko, qué bien, aprender otras lenguas es transformarse.

  7. Argénida Romero
    Argénida Romero febrero 5, 2025

    Bueno seguir leyéndote. Siempre pienso que fue un regalo esto de armar una comunidad de desconocidos a través de los blogs, hacer puentes, intercambiar experiencias. Que aún sobrevivan algunos blogs es más que un ejercicio de nostalgia, como pensaran muchos: es una especie de oasis, o al menos así quiero pensarlo. Viente años es mucho, y es mucho puente y son muchas palabras puestas en botellas. Aquí sigue otra creyente de las botellas en este mar digital.

  8. Víctor Manuel Ramos
    Víctor Manuel Ramos febrero 6, 2025

    Me gusta esa imagen del oasis y me parece apropiada, Argénida. Hay mucho territorio en la red, pero no tantos lugares para detenerse y tomar un respiro. Y estos enlaces que han ido de lo virtual a lo (más o menos) presencial son un regalo inesperado, una bienaventuranza.

  9. Anónimo
    Anónimo febrero 9, 2025

    Víctor Manuel, siempre es y será un gusto leerte por cualquier medio. Tu profesionalismo y tu entrega a las letras son ejemplo para muchos. Tienes la fe de un monje en tu labor. Este mundo necesita más gente como tú, convencidos del andar, convencidos del camino. Abrazo

  10. Víctor Manuel Ramos
    Víctor Manuel Ramos febrero 9, 2025

    Ah mi amigo u amiga, me has hecho sonreír. Es cierto que me encierro para escribir y también es cierto que hay mucho de fe en ello, sobre todo en los largos escritos que emprendo, porque uno no sabe si los terminará bien, si los publicará, si los leerá alguien y, a veces, ni siquiera el porqué de ese emprendimiento, pero uno siente la necesidad de seguir en busca de ese punto final. Gracias por esas palabras y por participar de estas elucubraciones y cavilaciones.

  11. Anónimo
    Anónimo febrero 23, 2025

    Hola, desde Córdoba, mi querido.

    • Víctor Manuel Ramos
      Víctor Manuel Ramos marzo 2, 2025

      Gracias, anónimo de Córdoba. Este es el primer comentario que contesto desde la nueva plataforma del blog, así que aprovecho para hacer la prueba, y espero que me sigas encontrando por aquí.

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